Han sido años de estudios los que se ponen en la balanza de qué hipótesis apoyar sobre si la edad es un factor influyente en el aprendizaje de cualquier idioma. Muchos estudiosos dicen que mientras más joven se inicie el estudio de una segunda, tercera y hasta cuarta lengua, mejor. Otros presentan pruebas de jóvenes y adultos que alcanzan un alto nivel de proficiencia y se acercan a expresarse como nativos.
¿Qué te ha demostrado tu experiencia?
Aprender inglés no es una cuestión de edad, sino de actitud y ganas de ser parte de una extensa comunidad mundial de bilingües o políglotas.
*Siendo políglotas aquellos que hablan más de 3 idiomas y bilingües los que hablan 2 idiomas.
Si bien es cierto, las diferencias entre el aprendizaje de idiomas en adultos, jóvenes y niños son reconocidas. Al estudiarlas y entenderlas en las distintas etapas son una ventaja sea cual sea tu edad.
Para los adultos es más fácil entender las reglas, por lo que el aspecto gramatical, es probablemente más fácil para estos al expresarse en un nuevo idioma. Por el contrario, los niños tienen una percepción distinta del idioma. Ellos se adaptan, imitan y hacen uso de lo que van recibiendo de acuerdo a la exposición al idioma, y no se rigen por reglas. Sin embargo, para los jóvenes, es una ventaja tener aún la plasticidad cerebral en la etapa del desarrollo al ser capaces de entender y procesar las reglas de un idioma y a su vez, dejarse llevar por la exposición.
Hablemos de cómo procesamos el aprendizaje de idiomas
Si nos ponemos a pensar en cómo aprendimos a hablar, obtendremos la respuesta al observar a los bebés.
Antes de abrir los ojos, ya el bebé reconoce la voz de su madre o su padre y trata de comunicarse. Llorando, sonriendo, con señas o gorgoteando. Esta primera etapa no verbal, es la inicial y se enfoca en escuchar. Tomemos nota de esto, primero debemos escuchar.
El bebé al encontrar dificultades comunicativas, intenta imitar sonidos, hasta que produce sonidos vocálicos o forma sílabas ya que descubrió que así puede captar la atención. En esta etapa empiezan a hablar. Así que primero oímos, luego hablamos.
La habilidad de imitación es importante en todas las etapas, y puede llegar a ser un poco más difícil en la adultez. Al tener que adoptar o producir sonidos que no existen en el idioma nativo. Es acá cuando se presenta la pronunciación, que incluye no solo articular las palabras correctamente, sino adoptar la entonación y ritmo de ese nuevo idioma.
Para la pronunciación: la música, las entrevistas, las noticias, las películas infantiles, pueden ayudar mucho para que empecemos a imitar a nativos del inglés.
Seguidamente empezamos a asociar letras con sonidos, y es cuando inicia la lectura y escritura. Que no solo conlleva a aprender letras, sino cómo reconocer y unir esas letras o cómo escribir correctamente.
Los secretos para no cometer errores ortográficos en el nuevo idioma están en prestar atención, practicar la escritura constantemente y en cierta forma ejercitar la memoria.
Es así como se consigue reforzar las habilidades lingüísticas como el listening, speaking, reading & writing que te permiten comunicarte sin límites en inglés.
Agrega unas gotas de constancia, unas cucharadas de práctica y de diversión. Si no lo disfrutas, o le das la vuelta o no es para ti.
No hay límites de edad para aprender inglés, con constancia y práctica se puede lograr alcanzar un nivel nativo o casi nativo.
Nuestro consejo principal: debes exponerte al idioma.
Esto significa buscar incluir el inglés en tu día a día. A través de la música, series de televisión, juegos, películas, libros y mucho más, que te guíen a escuchar, hablar, leer o escribir en el idioma que estás aprendiendo.
Y recuerda, así tengas 15, 20, o 60 años, puedes aprender inglés sin barreras. Todo está en tu mente y en las ganas de aprender y querer superarte.